Fecha: junio 7, 2012

Tema: Traed Ofrenda a Jehová

Lectura: 1 Crónicas 29:10-14

Texto: 1 Crónicas 16:29

 

Introducción: Dios le ordenó al pueblo de Israel que no se acercara a Él con las manos vacías. Que al acercarse a Él lo hiciera con una ofrenda, conforme a como Dios le había bendecido (Deut. 16:16-17). No es que Dios tenga necesidad de las ofrendas del pueblo, puesto que Él es dueño de todo, sino que Él busca el corazón agradecido que esté dispuesto a darle la gloria. Dios, por lo tanto, prescribió diferentes tipos de ofrendas para que por medio de ellas el pueblo se acercara a Él. Las ofrendas que se llevaban era la ofrenda por el pecado, la ofrenda por la culpa, la de oblación (ofrenda de grano), la de libación (ofrenda liquida) y la ofrenda de paz, etc. La ofrenda de paz estaba asociada con la acción de gracias el cual se llevaba en respuesta a una bendición inesperada, contestación a una oración, o una gratitud generalizada. El Nuevo Testamento presenta a Cristo como el autor del sacrificio perfecto por el pecado. Ahora, sólo nos presentamos delante del trono de Dios confiadamente en arrepentimiento, confesión, oración, alabanza y gratitud, etc., (Hebreos 4:16; 10:22).

 

Punto 1. ¿Qué tenía David en su corazón? (1Rey. 8:17-19) David tenía en su corazón el deseo de edificarle casa a Jehová. ¿Qué preparativos hizo David para la construcción del templo? (1Crón. 29:2-4) David preparó toda clase de metales y piedras preciosas y madera en abundancia y dio de su tesoro personal. ¿Qué le preguntó David al pueblo? (1Crón. 29:5) Le preguntó: ¿Quién quiere dar hoy ofrenda voluntaria a Jehová? ¿Cuál fue la reacción del pueblo al pedido del Rey? (1Crón. 29:6-9) El pueblo también ofrendó para la construcción del templo y se alegró en gran manera. ¿Qué ofreció Salomón a Dios en el Templo recién construido? (1Rey. 8:63) Salomón ofreció a Dios sacrificios de paz o sea de agradecimiento.

 

Punto 2. ¿Qué clase de ofrenda pide Dios de su pueblo en el Nuevo Testamento? (1) (Juan 4:23-24) Dios pide que le adoremos en espíritu y verdad, (2) (Romanos 12:1) que presentemos nuestro cuerpo en sacrificio vivo, (3) (Hebreos 13:15) Dios quiere fruto de labios en alabanza y confesión, (4) (Efesios 5:19) que constantemente le demos gracias con canticos e himnos espirituales, (5) (Efesios 6:18) que oremos en todo tiempo, (6) (Apoc. 5:13) que le demos alabanza al Cordero de Dios, etc.

 

Conclusión: La característica principal que Dios más quería de las ofrendas que le traían en el Antiguo Testamento era más bien un corazón contrito y humillado (Sal. 51:17). Dios no ha cambiado, hoy Dios sigue esperando que sus hijos le ofrezcan sacrificios espirituales aceptables a Él (Fil. 4:18). No sólo nuestros diezmos y ofrendas lo honran cuando lo hacemos de corazón, sino también cuando le ofrecemos todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo y lo guardamos irreprensible para Él y en servicio en Su obra (1Tes. 5:23). Démosle ofrenda al Señor y seamos agradecidos.