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Por: Pastor, Rev. Dr. Rafael Carattini
Enero 24, 2013
Tema: Al desobediente se lo traga el malo
Lectura: Hebreos 2: 1-4
Texto: Jonás 1: 1-3
Introducción: Siempre que vamos a comprar algo fuera bueno considerar primero si podemos pagar el costo. Es posible que cueste más de lo que tenemos para pagar. Jonás fue enviado por Dios para que le predicara a Nínive el mensaje de arrepentimiento. Jonás no estuvo de acuerdo con Dios por motivos propios y pagó el pasaje para huir a Tarsis. Empero, su desobediencia le costó más de lo que él pensó. Así le sucede al que desobedece a Dios y cree que puede salirse con la suya. El que desobedece siempre pierde y se lo traga el pez de la desesperación, la enfermedad y la perdición, etc. Sea obediente.
Punto 1. ¿Cómo se llamaba el Puerto de donde Jonás partió hacia Tarsis? Jon 1:3 Jope, la moderna Jafa. ¿Cómo mostró Dios su desaprobación al viaje de Jonás? Jon 1:4Levantando una gran tempestad en la mar. ¿Dónde estaba Jonás durante esta gran tempestad? Jon 1:5 Se había echado a dormir en la parte baja de la nave. ¿Quién lo despertó? Ver 6 El patrón o capitán de la nave. ¿A dónde fue a parar Jonás por su desobediencia? Jon 1:15 al 2:1 Fue echado a la mar y fue tragado por un enorme pez. Estando en el vientre del pez ¿qué recurso le quedaba a Jonás? Jon 2:2-3 Clamar al único que podía salvarlo, a Dios.
Conclusión: Si Biblia dice: "Que toda desobediencia recibe su justa paga de retribución", entonces hay que ser obediente; y si, la desobediencia a Dios produce amargura de espíritu y no hay lugar donde podamos escondernos de Dios, entonces es mejor arreglar nuestras cuentas con El, obedecer Su palabra y vivir como Dios nos manda a vivir, no sea que nos trague a nosotros también un pez de lo malo y tengamos que pagar el precio amargo por no obedecer.