Blog |
Por: Pastor, Rev. Dr. Rafael Carattini
Mayo 9, 2013
Tema: Poder para ser Testigos
Lectura Hechos 2:1-4
Texto: Hechos 1:8
Introducción: Una gran mayoría de los judíos de la época de Jesús esperaban con ansias la venida de su Mesías. Empero, esperaban que el Mesías restaurara el reino de Israel a la potencia mundial que tenía en los tiempos de gloria el rey David. Y, sí el Mesías vino, pero no a establecer un reino político, sino un reino espiritual. Desde entonces este reino ha venido encontrando cabida en muchos corazones hasta el dia de hoy. El reino de Cristo se ha movido a través del mundo de país en país hasta llegar a cada uno de nuestros países. Esto se debe a que los primeros cristianos tomaron en serio la misión que Jesús les dio como iglesia de llevar el evangelio a toda persona. Ellos enseñaron a los cristianos a que en cada época y en cada país hicieran lo mismo. Jesús había dicho "pero recibiréis poder, cuando venga sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos…” El Espíritu Santo el día de Pentecostés encendió una chispa en el corazón de los creyentes que ni las adversidades y ni las persecuciones han podido apagar. Esa Chispa o ese Poder también está disponible para todos los creyentes de hoy porque la promesa es para todos los que creen en Jesús.
Punto 1. ¿De dónde se trasladó Jesús hacia los cielos? (Hech. 1:12) Desde un monte llamado el Olivar. ¿Cómo cuántas personas vieron al Señor Jesús ascender a los cielos? (1Cor. 15:6) Como unas 500 personas. ¿Cuál fue la promesa dada por Jesús a sus discípulos antes de morir en la cruz? (Lucas 24:49) La promesa que el Espíritu Santo vendría sobre ellos. ¿Cuál era el propósito de la promesa del Espíritu Santo? (Hech. 1:8) El de darles poder para testificar y llevar el evangelio al mundo. ¿Cuándo llegó la promesa dada por Jesús? (Hech. 2:1-4) Llegó el día de Pentecostés sobre las 120 personas que esperaban la promesa. ¿En dónde se reunieron a esperar la promesa? (Hech. 1:13) En un lugar llamado el Aposento Alto. ¿Cuál fue la evidencia inicial en los que recibieron la unción del Espíritu Santo? (Hech. 2:3-4) El hablar en otras lenguas según el Espíritu les daba que hablasen.
Punto 2. ¿Quién es el Espíritu Santo? El Espíritu Santo es una de las tres personas de la Divina Trinidad que posee todos los atributos de una personalidad los cuales son: inteligencia, voluntad y sentimientos. (1) Él habla (Apoc. 2:7), (2) Él enseña (Juan 14:26), (3) Él intercede (Rom. 8:26), (4) Él ordena (Hechos 16:6-7), (5) A Él no se le debe blasfemar (Mat. 12:31-32), (6) ni contristar (Efesios 4:30), etc.
Conclusión: ¿Para quién es la promesa del Espíritu Santo? La promesa y la llenura del Espíritu Santo es para todos los que se arrepienten de sus pecados y buscan tener este poder en sus vidas (Hech. 2:38-39). El Espíritu le dará el poder y la fuerza para ser testigos de Jesús a sus familiares, vecinos, compañeros de trabajo y a toda aquella persona que el Señor te ponga en tu camino. Busca ese poder que viene de lo alto para que tengas las fuerzas y el poder para vivir una vida fructífera, victoriosa y tengas la unción para proclamar las buenas nuevas de salvación a los que se pierden sin fe, sin esperanza y sin Dios. Tú también puedes ser partícipe de este don celestial en tu vida si simplemente le abres tu corazón a Jesucristo para que Él entre a tu vida y perdone todos tus pecados y te llene del Espíritu Santo (Hech. 2:38-39).