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Por: Pastor, Rev. Dr. Rafael Carattini
Fecha: junio 27, 2013
Tema: Huye de la tentación
Lectura: Santiago 1: 12-15
Texto: 1 Corintios 10:13
Introducción: La palabra tentación se define como: "Seducir, atraer, excitar a alguien a hacer algo, al mostrársele necesario, interesante o atractivo.” Sin embargo, existe una gran diferencia entre lo que es tentar, el cual viene de parte de Satanás, y la prueba, que viene de parte de Dios. Satanás tienta para llevar al pecado y destruir la obra de Dios en nosotros. Dios prueba a sus hijos con el propósito santo de refinar su carácter como fue el caso de Abraham a quien Dios le pidió que sacrificara a su hijo Isaac. La prueba se relaciona con poner a prueba una cosa para demostrar la calidad de ello”. La fuente más poderosa de tentación viene de parte de nuestra propia carne. La Palabra de Dios dice: "Cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido” (Sant. 1:14). Satanás se aprovecha para amplificar los sentimientos que hay dentro de nosotros para así forzarnos y hacernos caer para destruirnos. Por lo tanto, velemos en oración para que no caigamos en tentación (Mat. 26:41).
Punto 1. La Prueba. ¿Por qué probó Dios a Abraham? (Gén. 22:1-2, 12) Para ver si Abraham temía a Dios y lo amaba lo suficiente como para obedecerle, aun sacrificando a su propio hijo. ¿Cuál fue la prueba de Job? (Job 1:14-19; 2:7-8) La de perder todas sus posesiones, sus 10 hijos y su salud. ¿Qué propósito tenía la prueba de Job? (Job 42:1-6) Que Job se descubriera a sí mismo. Job tenía una inmovible fe, pero, confiaba en su propia justicia y le faltaba humildad.
Punto 2. La Tentación. ¿Quién en el Nuevo Testamento cayó en alguna tentación? (1) (Mat. 26:14-16; Juan 12:6) Judas el Iscariote cayó en tentación por ser avaro y ladrón. Cuidado con la avaricia y la codicia (1Cor. 6:10; Efes. 5:5). ¿Qué otra persona menciona el Nuevo Testamento que cedió a la tentación? (2) (2Tim. 4:10) Demas, amando más al mundo. Cuidado, no amemos al mundo porque el mundo no tiene beneficios eternos (1Juan 2:15-17).
Conclusión: Como la fuente misma de la tentación radica dentro de nosotros mismos, entonces Satanás usa nuestra propia carne para tentarnos. Consagre usted entonces todo su ser: espíritu, alma y cuerpo a Dios para que no caiga en tentación. No es pecado ser tentado, pero ceder a la tentación si lo es. Aunque es Satanás quien nos tienta, Dios siempre nos deja una puerta abierta o salida y nos libra cuando clamamos a Él (1 Cor. 10:13; 2Pedro 2:9). Las pruebas tienen que venir, pues es necesario que como creyente en Cristo usted sea probado. Por lo tanto, resista la prueba y huya de la tentación. El Señor Jesús no le dejara solo ni en la tentación ni en la prueba y Él le dará fuerzas para que pueda vencer en Su nombre (1Pedro 5:8-10; 2Ped. 2:9).